En el cuarto concierto de mediodía de Semanas Musicales de Frutillar 2023, el Dúo de Violín y Acordeón se presentó en el Anfiteatro Lago Llanquihue del Teatro del Lago, deleitando a los asistentes con su recital de cámara.

Este dúo – que estuvo en la temporada virtual de 2021- ahora nos acompañó en un concierto presencial con un programa tradicional arreglado para violín y acordeón (Mozart, Chopin, Bártok y Ravel), como de compositores contemporáneos polacos (Penderecki y Blazewicz)

Entre las obras presentadas estuvo la Sonata en Sol mayor K. 301, de Wolfgang Amadeus Mozart, la que fue compuesta en Mannheim y París durante el transcurso de la gira emprendida por Mozart y su madre durante 1777 y 1778. Aquí el compositor alcanza una igualdad entre ambos instrumentos, en que el teclado no sirve de mero acompañamiento del violín. La sonata está estructurada en dos movimientos contrastantes.

De Frédéric Chopin, presentaron el Nocturno Op. 9 No. 2. Los veintiún “Nocturnos” de Chopin abarcan prácticamente toda su carrera creativa. Heredó la forma del compositor irlandés John Field. Los tres que conforman el Op.9 (dedicado a la famosa pianista Mme. Camille Pleyel, de quien se enamoraron varios músicos destacados de la época, incluidos Berlioz y Liszt) todavía traicionan su deuda estilística con Field, aunque incluso en esta etapa temprana en su desarrollo, el cromatismo melancólico y las vigorosas melodías de Chopin contrastan marcadamente con las piezas mucho más sencillas del compositor irlandés. El No.2 es muy posiblemente la obra más famosa jamás escrita por Chopin.

También incluyeron a Béla Bartók, con sus danzas populares rumanas. Bartók fue uno de los principales expertos de su tiempo en la música folclórica de Europa del Este, recopilando más de 6.000 melodías folclóricas y arreglando muchas de ellas para varios instrumentos y conjuntos. Esta serie de danzas son representaciones sencillas de sus derivados de melodías folclóricas. Bartók elaboró poco sobre los materiales de origen, modelando cada pieza para que fuera una simple miniatura de medio minuto a un minuto de duración. Bartók se sintió atraído por la música folclórica rumana, la música instrumental en particular, debido a su diversidad tímbrica. Para Bartók en 1915, estas melodías instrumentales rumanas ofrecían mayores posibilidades que las melodías folklóricas instrumentales de su propia Hungría natal.

Luego presentaron piezas de Maurice Ravel, Krysztof Penderecki y Marcin Blazewicz.

Los jóvenes músicos cautivaron a los asistentes del Anfiteatro, cerrando su recital con un aplauso prolongado de la multitud.