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Concierto mediodía 29 enero: Recital Violín y Piano

Annie Chalex Boyle en violín y David Palmer al piano mostraron ser un dueto maduro musicalmente con una interesante propuesta interpretativa .  En la primera obra para violín solo de Eugene Ysaye vimos colores y formas musicales que no estamos acostumbrados a escucha, pero el sonido del violín era tan cautivante que logró hacernos disfrutar y estar atentos a lo que se aproximaba. Así continuamos  con música de Estonia que pocas veces se oye en nuestros teatros, esta vez del compositor Arvo Pärt con una obra de piano y violín donde el protagonismo fue todo el tiempo del violín, cosa que cambia con el famoso Kreuzter sonata 9 op. 47 de Beethoven, donde el piano tiene dibujos majestuosos junto al violín, verdadera música alemana en todo su esplendor  para dar por finaliza un hermoso concierto de mediodía.  (Colaboración Italo Riffo).

Eugene Ysaye – Sonata para violín solo Op. 27, No. 2; debe ser una de las sonatas para violín sin acompañamiento más interpretadas por los violinistas en el mundo. Este músico belga fue un eximio exponente del violín en su tiempo, por lo que conocía el instrumento a la perfección.  dejó música muy idiomática, resaltando todas las capacidaes para el lucimiento de los virtuosos. Esta obra añade un elemento dramático y de connotaciones extramusicales, como nos sugieren los títulos de sus cuatro movimientos:  Obsesión, Melancolía, Danza de las Sombras y Las Furias.  Ocupa citas de Bach y del canto gregoriano del “Dies Israe”.

Arvo Pärt – Fratres. Convertido en uno de los compositores vivos más apreciados en el mundo, el estonio ha desarrollado un estilo muy personal caracterizado por una sencillez que apunta a un ascetismo espiritual. “Fratres” la compuso en 1977, originalmente para once instrumentos. Luego hizo una versión para violín y piano.  Tiene forma de arco, es decir, parte suavemente, subiendo en intensidad hasta alcanzar un clímax, para luego volver al punto de partida. 

Ludwig van Beethoven – Kreutzer Sonata No.9, Op. 47 es una de las más queridas sonatas para violín y piano. Debe su apodo a Rodolphe Kreutzer, violinista a quien le dedicara esta obra en 1803. Es innovadora en el hecho de que el piano aumenta su rol de importancia en una época en que una sonata sólo se dedicaba al mero acompañamiento de violín. Otra novedad es es uso de una introducción lenta al primer movimiento.  A partir de allí,  ambos instrumentos van a la par en un rico diálogo de vastas dimensiones, en que Beethoven logra generar grandes estructuras sobre pequeñas células musicales. 

Los comentarios al programa fueron desarrollados por el periodista y crítico musical, Premio a la Música Nacional Presidente de la República 2017, Álvaro Gallegos. 

Annie Chalex Boyle es una violinista estadounidense internacionalmente reconocida como músico de cámara, solista y pedagoga. Sus conciertos han sido aclamados por la crítica especializada como “brillantes” (Kalamazoo Gazette) y “elocuente y conmovedor” (the San Antonio Express Journal). También ha obtenido premios en el XVII Magazine/General Motor National Competition, y el Irving M. Klein International String Competition, además fue finalista en el Yehudi Menuhin International Violin Competition, y el Stulberg International String Competition. Obtuvo también el Gran Premio de la división juvenil en el Fischoff Chamber Music Competition. Como solista ha dado recitales y conciertos a través de Estados Unidos y Sur América en diferentes orquestas.  Como primer violín del Harrington String Quartet, realizó giras nacionales e internacionales y grabó todos los cuartetos para cuerdas de Daniel McCarthy, los cuales fueron lanzados por el sello discográfico Albany Recording en septiembre del 2007.  Annie Chalex Boyle obtuvo su licenciatura en música en la University of Southern California, donde estudio con Robert Lipsett (cum laude) y su maestria en música la obtuvo en Julliard School, donde estudio con Robert Mann y Felix Galimir. También estudio con Roland y Almita Vamos en el Music Center of the North Shore in Winnetka, IL.  Actualmente es  profesora de violín en Texas Tech University, Lubbock Texas.

El pianista David Palmer ha dado conciertos como músico de cámara y solista a través de Estados Unidos y Europa desde principio de los años 90. Palmer se ha presentado en numerosas orquestas.  Comenzó sus estudios a la edad de cuatro años, y obtuvo el primer premio en la División Juvenil de Kansas Music Teachers’ Association interpretando el concierto para piano de Lynn Freeman-Olsen, siendo éste su debut televisivo en la cadena PBS. En adición a su carrera como intérprete, Palmer es el director artístico y fundador del Chamber Music Amarillo en Texas desde 1998 y sirvió como fundador y director artístico del Quartz Mountain Music Festival en Oklahoma del 2006 al 2011. Ambas organizaciones brindan conciertos de la más alta calidad. Palmer recibió su licenciatura y maestría en interpretación en piano en al Rice Universities Shepherd School of Music bajo la tutela de Robert Roux.  Palmer recientemente asumió la posición  de director artístico del Lake City Arts Chamber Music Series en Lake City, Colorado, una producción fundada originalmente por su padre 35 años antes. El año 2015, Palmer colaboro con el ATL Symphony Musicians en Atlanta, Georgia, tocando el ciclo completo de los conciertos Brandemburgueses de J.S.Bach. Por último, durante las temporadas 2015-16 y 2016-17, Palmer toco junto a la violinista búlgara Rossitza Goza, interpretando el ciclo completo de las Sonatas para Violín y Piano de Beethoven.

Este excelente dúo se presentó en dos   conciertos de extensión:  en el Centro Cultural El Austral, de  Valdivia, el 30 de enero;  y en la Clínica Alemana de Santiago,  el 1 de febrero; recibiendo en ambas ocasiones el reconocimiento a su talento por el público asistente. 

 

 

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